Ma Xin
Nota: Como el esposo de la autora no se dedicaba a un trabajo honesto, ella creía en Dios para obtener bendiciones. Poco después de que empezara a creer en Dios, primero su hija enfermó y, después, su esposo se enfrentó al despido por parte de su jefe y empezó a padecer una enfermedad en las piernas. Por medio de las palabras de Dios, la autora comprendió que su idea de creer en Dios para obtener bendiciones no estaba de acuerdo con las intenciones de Dios. Así, Satanás había capturado a la autora, atacándola por este punto débil y mortal. Satanás dañó, engañó y coaccionó a la autora para que dudara de Dios, lo negara y lo traicionara. Una vez que ella entendió los designios de Dios y descubrió las maquinaciones de Satanás, abandonó dos veces su idea de obtener bendiciones en medio de las tentaciones de Satanás. Estaba dispuesta a obedecer las disposiciones y designios de Dios, y pudo ver los frutos maravillosos y la salvación de Dios.
Como mi esposo no se dedicaba a un trabajo honesto, se emborrachaba con frecuencia y no se preocupaba por la familia, a menudo yo me hundía en la amargura y el dolor. En un momento en que no tenía fuerzas para seguir luchando, una pariente me entregó el evangelio del reino de Dios Todopoderoso. Mediante la lectura de la palabra de Dios, entendí que Dios nos dice la verdad y lleva a cabo la obra de juicio de los últimos días para salvar a la raza humana de las garras de Satanás. Nos ordena que comprendamos, obedezcamos y volvamos a Él para que podamos recibir Su protección y cuidado. Como consecuencia, acepté encantada la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y rápidamente empecé mi vida de iglesia. Sin embargo, justo cuando encontré un apoyo firme para mi vida y sentía un gran gozo y alegría, las tentaciones de Satanás se abalanzaron sobre mí como una bestia salvaje sobre su presa y así comenzó una guerra espiritual…
Un día, mi hija llegó a casa del colegio y me dijo: “Mamá, hoy me golpeé la mano con el barandal cuando estaba ayudando a mi profesora a subir unas cosas. Me duele mucho”. Miré su mano preocupada. No estaba roja ni amoratada. Sólo tenía un pequeño corte en la base del pulgar. La consolé y le dije: “No te preocupes, en dos días estará mejor”. Pensé: “Creo en Dios Todopoderoso. Con la protección y el cuidado de Dios, mi hija se pondrá bien, seguro”. Sin embargo, pasados diez días, el moretón en el pulgar y la mitad de la palma de mi hija se agravaron. Dos meses después, el pulgar y la mitad de su palma se pusieron negros y morados. Ahora tenía el pulgar más grande que el dedo gordo del pie. Ahora sí, me preocupé mucho. Mi esposo y yo la llevamos al hospital de inmediato. Sin embargo, el reconocimiento no reveló nada fuera de lo común. Oré a Dios en silencio, en mi corazón: “Dios Todopoderoso, ¿qué le pasa a la mano de mi hija? Quiero encomendarte a mi hija. Por favor, cuídala y protégela”. Sin embargo, cuando mis parientes y amigos le vieron la mano, todos dijeron: “Tu hija tiene una enfermedad extraña en la mano”. Su abuela también dijo preocupada: “Es posible que la mano de esta niña tenga que ser amputada”. Cuando oí eso, me angustié y enojé muchísimo, y pensé: “Si realmente hay que amputarle la mano a mi hija, ¿qué vamos a hacer? Es tan pequeña. ¿Cómo podrá soportar un golpe así?”. Cuanto más lo pensaba, más confusa, preocupada y afligida me sentía. Pensaba: “He orado a Dios durante tanto tiempo. ¿Por qué sigue así la mano de mi hija? ¡Dios no responde a mis oraciones ni protege a mi hija!”. Tenía el corazón lleno de malentendidos sobre Dios y de quejas hacia Él. Por aquel entonces, mi esposo hacía chapuzas en el trabajo debido a su alcoholismo y su jefe quería despedirlo. ¡Las desgracias nunca vienen solas! Cuando oí esa noticia, me inquieté todavía más. Si mi marido perdía su trabajo, ¿cómo iba a sobrevivir nuestra familia en el futuro? Todo esto hizo que me sintiera muy angustiada. No podía calmarme. Incluso cuando leía la palabra de Dios, era incapaz de obtener algo de la misma. Pensaba: “Creo en Dios, ¿por qué estoy teniendo tantos problemas? ¿Por qué Dios no nos cuida?”. Por este motivo, me volví muy negativa.
Cuando la pariente que me había predicado el evangelio se enteró de lo que estaba pensando, me dijo pacientemente: “La razón por la que encontramos dificultades es por la acción de Satanás. Se está librando una guerra en el mundo espiritual. La obra de Dios de los últimos días es salvar a la humanidad. Cuando el hombre abandona a Satanás y vuelve a Dios, Satanás no quiere resignarse a la derrota. Tentará y engañará al hombre por todos los medios posibles. Le dará toda clase de sufrimientos y tribulaciones para que se haga una idea errónea de Dios y se queje de Él. Su propósito es provocar que el hombre niegue a Dios, que lo rechace, que pierda la salvación de Dios y que vuelva una vez más bajo el campo de acción de Satanás. Si somos así de negativos y nos mantenemos lejos de Dios, ¡nos hemos dejado engañar por la maquinación astuta de Satanás! De hecho, aunque no creamos en Dios, este tipo de situaciones son inevitables. Como nuestra idea sobre la fe en Dios no es correcta, le damos a Satanás oportunidad de hacernos daño. Echemos un vistazo a un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso que dijo: ‘La mayoría de las personas creen en Dios por buscar la paz y otros beneficios. A menos que sea para tu beneficio, no crees en Dios, y si no puedes recibir las gracias de Dios, te pones de mal humor. ¿Cómo puede esta ser tu verdadera estatura? Cuando se trata de incidentes familiares inevitables (niños que se enferman, esposos que van al hospital, bajos rendimientos de los cultivos, persecución de miembros de la familia y así sucesivamente), ni siquiera puedes sobreponerte a estas cosas que a menudo suceden en la vida cotidiana. Cuando tales cosas suceden, caes en pánico, no sabes qué hacer, y la mayor parte del tiempo te quejas de Dios. Te quejas de que las palabras de Dios te engañaron, que la obra de Dios ha jugado contigo. ¿No tenéis tales pensamientos? ¿Piensas que tales cosas suceden entre vosotros sólo pocas veces? Pasáis todos los días viviendo en medio de tales eventos. No le dais el más mínimo pensamiento al éxito de vuestra fe en Dios y cómo satisfacer la voluntad de Dios. Vuestra verdadera estatura es demasiado pequeña, incluso más pequeña que la de un pollito. […] Tu vientre está atiborrado, lleno de quejas, y a veces no vas a las reuniones ni comes ni bebes las palabras de Dios por causa de esto; es probable que seas negativo por un largo periodo de tiempo’ (‘Práctica (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”)”.
Cuando escuché estas palabras de Dios, mi corazón se estremeció: ¡Dios examina realmente el fondo del corazón del hombre! Cada palabra llegó a lo más profundo de mi corazón. ¡La razón por la que creía en Dios era, en efecto, porque quería que mi familia estuviera a salvo! Cuando encontraba dificultades, entendía mal a Dios, me quejaba ante Él y perdí la fe. Estaba viviendo en una actitud muy negativa y mi estatura espiritual era muy pequeña. Mi pariente siguió: “Las palabras de Dios nos muestran nuestra idea equivocada sobre creer en Dios para obtener beneficios. Debido a nuestras nociones e imaginaciones, pensamos que siempre que creamos en Dios, Él nos bendecirá y se asegurará de que todo marche sobre ruedas. Puesto que esta noción existe en nuestros corazones, cuando nos topamos con dificultades en la vida, culpamos a Dios de inmediato y, como consecuencia, podemos negarlo, traicionarlo y abandonarlo en cualquier momento. Satanás conoce bien este punto débil de nosotros. Por eso, nos da todo tipo de dificultades y sufrimientos para perturbarnos. Si somos incapaces de entender las astutas maquinaciones de Satanás, nos rebelaremos contra Dios involuntariamente, lo culparemos, lo negaremos e incluso lo abandonaremos y traicionaremos. Al final, seremos ganados y vencidos por Satanás, tal y como dicen las palabras de Dios: ‘En la tierra, toda clase de espíritus malvados está constantemente al acecho de un lugar para descansar, buscando incesantemente cadáveres de personas para comerlos’ (‘La décima declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”). ¡Lo que revelan las palabras de Dios son los hechos del mundo espiritual! Si somos devorados por Satanás, perderemos nuestra oportunidad de ser salvados. ¡Debemos comprender las astutas maquinaciones de Satanás!”. Cuando oí esto de mi pariente, mi corazón se animó de inmediato. Entonces entendí que las dificultades con que se estaba topando mi familia eran, de hecho, el hostigamiento y acoso de Satanás. Al mismo tiempo, Dios también reveló las perspectivas incorrectas de mi fe. Le dije a mi pariente: “Desde que creo en Dios, pensaba que era un Dios que otorgaba bendiciones al hombre; que siempre que uno creyera en Dios, las cosas irían sobre ruedas en la familia y que uno recibiría su cuidado y protección. Si me encontraba con dificultades, pensaba que algo iba mal y que creer en Dios significaba no tener problemas. Sólo después de leer los pasajes anteriores de las palabras de Dios, entendí que mi forma de concebir la fe era incorrecta y que Satanás utilizaba esto para turbarme, afectar mi relación con Dios y alejarme de Él. ¡Realmente me había dejado engañar por las astutas maquinaciones de Satanás! Después, sin importar cómo me perturbe Satanás, tenía que saber descubrir sus astutas maquinaciones y no culpar a Dios, malinterpretarlo y, mucho menos, traicionarlo. Tengo que mantenerme firme en el testimonio de Dios. Independientemente de si la mano de mi hija se cura o no, si mi marido tiene trabajo o no, estaré dispuesta a encomendárselos a Dios y a dejar que Él haga Su trabajo”. Lo que no esperaba era que, una vez que estuve dispuesta a obedecer la acción y los designios de Dios, la mano de mi hija se infectó en poco tiempo. Cuando el doctor quitó el pus, descubrió que tenía una astilla en la base del dedo. Después de sacarle la astilla, no pasó mucho tiempo antes de que la mano se recuperase. Con este hecho, pude ver cómo, una vez cambiadas mis propias perspectivas equivocadas y estando dispuesta a obedecer a Dios, Satanás quedó derrotado. Dios se llevó la enfermedad de mi hija. ¡Dios es verdaderamente milagroso y todopoderoso!
Sin embargo, el siniestro Satanás no estaba dispuesto a rendirse. Si uno de sus planes fracasaba, intentaba otro. Una tarde, hacia las ocho, mi esposo me llamó de pronto y me pidió que bajara a darle un poco de dinero. Envolví a nuestro bebé de más de un año y bajé. Vi salir a mi esposo del taxi con esfuerzo. Tenía grandes dificultades para moverse. Cuando vi que al improviso se había puesto así, mi corazón se turbó muchísimo y no sabía qué hacer. Lo único que podía hacer era invocar a Dios: “Dios Todopoderoso, en este ambiente, por favor, protege mi corazón. Mi estatura espiritual es poca. Por favor, dame fe para mantenerme firme en el testimonio en esta situación y no culparte”. Después de orar, mi corazón se calmó mucho. Sin embargo, más tarde, la enfermedad de la pierna de mi marido se agravó todavía más. No podía moverse en absoluto. Lo único que podía hacer era dejar que su hermano mayor y la esposa de este lo llevaran al hospital. Cuando pensaba que mi esposo no podía mover las piernas, me ponía muy nerviosa. Entonces, oré a Dios una vez más: “¡Dios!, hoy, mi marido está enfermo. Satanás ha venido a perturbarme para que me quejara de Ti y te traicionara. Estoy dispuesta a descubrir las astutas maquinaciones de Satanás. Independientemente de cuánto dinero tenga que gastar en la enfermedad de mi esposo, no te voy a culpar. Estoy dispuesta a obedecerte. Por favor, asegúrate de que pueda mantenerme firme en el testimonio de Ti”. Cuando terminé de orar, mi corazón se calmó muchísimo. Poco después, mi cuñada llamó y dijo que mi marido no quería ir al hospital e insistía en venir a casa. Pensé que esta era la intención de Dios y dejé que lo trajeran. Cuando llegaron, el hermano de mi marido y su mujer le pellizcaron la pierna y la lavaron con agua caliente. Estuvieron haciendo eso durante mucho tiempo, pero mi marido no sentía nada. Desesperado, dijo: “No hay remedio. ¡No siento nada en la pierna!”. Cuando oí eso, se me saltaron las lágrimas y pensé: “Se acabó. Mi marido no puede caminar. Si está paralizado, ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo se va a mantener nuestra familia?”.
Justo en ese momento, cuando estaba a punto de ahogarme en el dolor y la desesperación, pensé en las palabras de Dios: “Si te sobrevienen muchas cosas no alineadas con tus nociones, pero eres capaz de dejarlas a un lado y de conocer las acciones de Dios a partir de ellas, y si en medio de los refinamientos revelas tu corazón de amor por Dios, eso es ser testigo. Si tu hogar es apacible, si disfrutas de las comodidades de la carne, si nadie te persigue, y tus hermanos y hermanas en la iglesia te obedecen, ¿puedes exhibir tu corazón de amor por Dios? ¿Puede esto refinarte? Tu amor por Dios sólo puede mostrarse mediante el refinamiento, y sólo puedes ser perfeccionado por medio de las cosas que ocurren y que no están en línea con tus conceptos. Dios te perfecciona por medio de muchas cosas negativas, de muchas adversidades. Dios permite que adquieras conocimiento, y que te perfeccione por medio de muchas de las acciones, de las acusaciones de Satanás, y de su expresión en muchas personas” (‘Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento’ en “La Palabra manifestada en carne”). Por las palabras de Dios, entendí que Satanás estaba usando la enfermedad de mi esposo para tentarme. Como Satanás sabía que mi opinión de ver a Dios como una fuente de bendiciones y de intercambio de favores no había desaparecido por completo, hizo todo esto para inducirme a malinterpretar, culpar, negar, traicionar y resistirme a Dios. Si hacía estas cosas, al final perdería la gracia de Dios y el despreciable propósito de Satanás se lograría. Al mismo tiempo, Dios usaba esta situación para purificar mi fe en Él. En el momento en que Satanás me estaba tentando, se suponía que yo debía ver las cosas desde la perspectiva de las palabras de Dios y descubrir sus astutas maquinaciones. No debo dejarme llevar otra vez por el deseo de obtener bendiciones para regatear con Dios. En la batalla entre Dios y Satanás, debo estar del lado de Dios y no dejar de dar testimonio. Después de entender las intenciones de Dios, oré en silencio: “Dios, protege mi corazón. Haz que me mantenga firme en esta situación. Independientemente de la enfermedad de mi marido, no te culparé. Aunque mi marido quede paralizado, estoy dispuesta a seguir Tus pasos”. Cuando terminé de orar, oí que mi esposo decía con serenidad: “Estoy mejor. Puedo mover las piernas”. ¡Al oír esto, mi corazón se sintió muy conmovido y me di cuenta de que Dios es verdaderamente sabio y todopoderoso! Dios no me hizo sufrir ese dolor intencionadamente. ¡En lugar de eso, utilizó esta circunstancia para ponerme a prueba y cambiar por completo mi idea incorrecta de la fe!
Después, seguí leyendo las palabras de Dios: “Después que la humanidad fue corrompida por Satanás, Él continuamente obró entre las personas para derrotar a Su enemigo que corrompe a la humanidad. Esta batalla continuará desde el principio hasta que el mundo llegue a su fin. Al hacer todo este trabajo, Él no sólo ha permitido a la humanidad, que ha sido corrompida por Satanás, recibir Su gran salvación, sino que también les ha permitido ver Su sabiduría, omnipotencia y autoridad, y al final Él permitirá a la humanidad ver Su carácter justo —castigar a los malvados y recompensar a los buenos—. Él ha luchado contra Satanás hasta el día de hoy y nunca ha sido derrotado, porque Él es un Dios sabio, y Su sabiduría se ejerce sobre la base de las tramas de Satanás. Así, Él no sólo hace que todo en el cielo se someta a Su autoridad; sino que también hace que todo sobre la tierra se ubique bajo Sus pies, y no en último lugar, Él hace que esos malhechores que invaden y acosan a la humanidad caigan dentro de Su castigo. Todos los resultados de la obra son producidos por Su sabiduría” (‘Deberías saber cómo la humanidad completa ha evolucionado hasta el día de hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”). De estas palabras de Dios, entendí que, desde el momento en que la humanidad fue corrompida por Satanás, este ha estado turbándonos y haciéndonos daño todo el tiempo. Dios también ha estado salvándonos y permitiéndonos liberarnos del daño de Satanás de principio a fin. En mi experiencia, desde el momento en que empecé a creer en Dios, Satanás estuvo todo el tiempo tramando maquinaciones para turbarme. Utilizó la enfermedad de mi hija y la de mi marido para hacer que me volviera negativa y débil. Utilizó esas situaciones para hacer que malinterpretara y culpara a Dios. Intentó hacer que lo abandonara y traicionara, que perdiera Su cuidado y protección, y arrastrarme al infierno. Todo en vano. Además, la sabiduría de Dios se ejerce eternamente basándose en las maquinaciones de Satanás. Por medio de personas, acontecimientos y objetos, Dios me permite comprender la naturaleza malvada de Satanás y sus reflexiones despreciables. También, de refinamiento real, purifica mis perspectivas incorrectas sobre la fe y permite que sea capaz de renunciar al mal y volverme a la virtud. De esta manera, ya no viviré confiando en la idea de obtener bendiciones, sino de acuerdo con las palabras de Dios. Con una auténtica fe en Dios, puedo vencer a Satanás y ser ganada por Dios. La omnipotencia y la sabiduría de Dios son milagrosamente inconmensurables. ¡El amor y la salvación de Dios para mí son verdaderamente reales y auténticos!
¡Gracias a Dios por llevarme a comprender las astutas maquinaciones de Satanás! De ahora en adelante, oraré a Dios, confiaré más en Él y me mantendré firme en el testimonio en cada lucha. ¡Sin duda, seguiré a Dios inquebrantablemente hasta el final! ¡Gloria a Dios Todopoderoso!
Fuente: Relámpago Oriental
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