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«La Palabra manifestada en carne», son las palabras del Espiritu Santo a las iglesias


 

El Apocalipsis predice siete veces que “El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dijo a las iglesias”. Hoy en día, Dios Todopoderoso ha venido, ha abierto el rollo y ha revelado siete sellos y todos misterios que no entendían por las personas de las generaciones pasadas, lo que Dice Dios Todopoderoso es “las declaraciones de los sietes truenos” , son las palabras del Espíritu Santo a las iglesias. Estas palabras se registran en el libro de «La Palabra manifestada en carne», son precisamente las verdades que la humanidad debe poseer para ser salvada, son las palabras de juicio y purificación de Dios hacia el hombre en los últimos días, son el camino de la vida eterna que Dios le da. Tenemos que aceptar la obra de juicio y purificación de la Palabra de Dios que hace Él en los últimos días, sólo así podemos ser salvados y entrar en el reino de los cielos.

 

Dios Todopoderoso dice: “Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: ‘Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como el sol cuando resplandece en su fuerza’ (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, un rostro que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne