¿Qué es exactamente el perdón de los pecados? Al hablar de esto, todos sabemos que en el final de la Era de la Ley, debido a que el hombre había sido cada vez más corrompido por Satanás, no pudo guardar las leyes ni tuvo suficientes ofrendas para expiar sus pecados, y siendo así, enfrentó el peligro de ser condenadas a muertes por la ley.
Dios no quiso ver al hombre que fuera condenado a muerte por las leyes, por esto, Él se hizo carne en la imagen del Señor Jesús para llevar a cabo Su obra entre los hombres, predicando el evangelio del reino de los cielos enseñando al hombre a confesar y arrepentirse, e incluso siendo crucificado personalmente en la cruz convirtiéndose en la ofrenda del pecado. Es decir, por la redención del Señor, nuestros pecados han sido perdonados y hemos liberado del peligro de ser condenados a muerte.
Dios Todopoderoso dice: “En ese momento, la obra de Jesús era la redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, Él te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvo y ser justificado por fe. Sin embargo, seguía habiendo en quienes creían algo rebelde y opuesto a Dios, y que había que seguir quitando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados: si creías, ya no pertenecías al pecado”. “La humanidad sólo tuvo que aceptar al Señor Jesús como el Salvador para que sus pecados fueran perdonados. Nominalmente hablando, los pecados del hombre ya no eran más una barrera para que alcanzara su salvación y para presentarse delante de Dios, ni eran ya más la influencia por la que Satanás acusaba al hombre. Esto se debe a que Dios mismo había hecho una obra real, se había convertido en la semejanza y la muestra de la carne pecaminosa, y Él mismo era la ofrenda por el pecado. De esta forma, el hombre descendió de la cruz, siendo redimido y salvado gracias a la carne de Dios, la semejanza de esta carne pecaminosa”.
De “La Palabra manifestada en carne”
De las palabras de Dios vemos que hemos sido perdonados gracias a la crucifixión del Señor Jesús. Ya no somos pecadores a los ojos de Dios y estamos calificados para orar, confesar y arrepentirnos delante de Él disfrutando de Sus abundantes. Sin duda, esto es el verdadero significado del perdón de los pecados.
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