Dios Todopoderoso dice: “Todavía están los que dicen: ‘¿No declaró Dios expresamente que Jesús era Su Hijo amado?’. ‘Jesús es el Hijo amado de Dios, en quién Él se regocija grandemente’ ciertamente fue dicho por Dios mismo. Eso fue Dios dando testimonio de sí mismo, pero simplemente desde una perspectiva diferente, la del Espíritu en el cielo dando testimonio de Su propia encarnación. Jesús es Su encarnación, no Su Hijo en el cielo. ¿Entiendes? ¿No indican las palabras de Jesús, ‘el Padre está en Mí y Yo estoy en el Padre’ que Ellos son un Espíritu? ¿Y acaso no se debe a la encarnación que Ellos fueran separados entre el cielo y la tierra? En realidad, siguen siendo uno; sin importar lo que digan, es simplemente Dios dando testimonio de sí mismo. Debido al cambio en las eras, a los requisitos de la obra y a las diferentes etapas de Su plan de gestión, el nombre por el que el hombre llama a Dios también difiere. Cuando Él vino a llevar a cabo la primera etapa de la obra, sólo se le podía llamar Jehová, pastor de los israelitas. En la segunda etapa, el Dios encarnado sólo podía ser llamado Señor y Cristo. Pero en esos tiempos, el Espíritu en el cielo sólo declaró que Él era el Hijo amado de Dios, y no mencionó que fuese el único Hijo de Dios. Esto simplemente no ocurrió. ¿Cómo podría Dios tener un único hijo? Entonces ¿no se habría hecho hombre Dios? Como Él era la encarnación, se le llamó el Hijo amado de Dios y, a partir de esto, llegó la relación entre Padre e Hijo. Se debió sencillamente a la separación entre el cielo y la tierra. Jesús oró desde la perspectiva de la carne. Como se había revestido de una carne de humanidad normal, fue desde la perspectiva de la carne desde donde Él dijo: ‘Mi caparazón corporal es el de un ser creado. Como me revestí de carne para venir a la tierra, ahora estoy lejos, muy lejos del cielo’. Por esta razón, Él sólo podía orar a Dios Padre desde la perspectiva de la carne. Este era Su deber y aquello con lo que el Espíritu encarnado de Dios debía estar equipado. No puede decirse que Él no es Dios simplemente porque oraba al Padre desde la perspectiva de la carne. Aunque se le llama el Hijo amado de Dios, sigue siendo Dios mismo, porque Él no es sino la encarnación del Espíritu y Su esencia sigue siendo el Espíritu”.
De "La Palabra manifestada en carne"
Las palabras de Dios nos dicen con total claridad que Jesucristo es la encarnación del Espíritu de Dios en el cielo. Cuando Dios en el cielo llamó a Jesucristo Su amado Hijo, Dios estaba dando testimonio de Su propia carne desde una perspectiva espiritual, porque sólo existe un verdadero Dios y un Espíritu en el cielo. Para ser más concretos: el Dios encarnado era la encarnación de la aparición de Jehová, que es lo mismo que decir que el Espíritu de Jehová se humilló y se escondió dentro de un cuerpo tangible de carne y hueso, tomando la forma de un ordinario Hijo del Hombre. Cuando Jesucristo oró y le habló al Padre en el cielo, tan sólo le estaba dando al Espíritu de Dios un título desde el punto de vista de un ser creado, es decir, del hombre. Pero esto no prueba que Jesucristo realmente fuese el Hijo del Espíritu de Dios en el cielo. Antes de que Jesucristo fuese crucificado, Él era el Hijo del Hombre, el Cristo, no la personificación de la gloria, de modo que cuando Jesucristo llamó a Dios en el cielo Padre, desde la perspectiva de un ser creado, fue una demostración de la humildad y obediencia de Jesucristo. Pero además, de todos los apóstoles que siguieron a Jesucristo, aparte de Pedro, que fue iluminado por el Espíritu Santo acerca del hecho de que el Señor Jesús era Cristo, nadie sabía que Jesucristo era Dios encarnado, que es la razón de por qué el Espíritu de Dios dio testimonio de Su carne desde Su perspectiva espiritual, llamando a Dios encarnado el Hijo, mientras que el Dios encarnado llamó al Espíritu en el cielo Su Padre desde la perspectiva humana. Este es el origen de las palabras Padre e Hijo. Pero estas palabras tan sólo encajaban en el período de obra en el que Jesucristo encarnado vino. Después de que se fuera, se acabó lo de Padre e Hijo, y por eso no podemos permitirnos creer en un Dios Trino por lo de el Padre y el Hijo. ¡La teoría no se mantiene!
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