“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. […] pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. […] Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’ Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. […] y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta” (Mateo 25:1, 4, 6-7, 10).