Orar de verdad es hablar con el corazón a Dios.
Se basa en la voluntad y la palabra de Dios.
Orar de verdad es sentirse,
oh, tan cerca de Dios como si Él estuviera frente a ti.
¡Qué hermoso! Sus pies sobre el Monte de los Olivos. Oíd, cantamos juntos como vigilantes, Dios ha regresado a Sion. Vimos desolación en Jerusalén. Cantamos porque Dios nos dio consuelo y salvó a Jerusalén. Ante las naciones, Dios muestra Su brazo santo, ¡Su persona real apareció! La gente de la tierra ve Tu salvación. Tu amor nos ha sostenido. Tu palabra sagrada nos atraviesa de un lado a otro.