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El juicio del gran trono blanco ha empezado

 

Por Witri, Indonesia

 

Después de encontrar la fe, empecé a aprender a orar y a leer la Biblia e hice todo lo posible por vivir cada día según las palabras del Señor. Más tarde, vi muchos vídeos en línea sobre el juicio en los últimos días. Mencionaban esta profecía del Apocalipsis: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:11-12). En los últimos días, el Señor Jesús se sienta en el gran trono blanco con ropas blancas y todos se arrodillan ante Él. Él juzga a cada persona según sus acciones en vida. Los de pecado, descienden al infierno para ser castigados, y los que no son de pecado son arrebatados y ascienden al reino. Estos vídeos me llenaron la cabeza de imágenes del juicio del Señor. Creí que Su juicio en los últimos días sería como los vídeos contaban. Me propuse seguir las enseñanzas del Señor para que cuando volviera a juzgarnos, me diera la bienvenida al reino.

 

En 2004, Indonesia sufrió un terrible tsunami que mató a más de 200.000 personas. Me di cuenta de que era fruto de la ira de Dios y que nos advertía que el día del juicio llegaría pronto. Durante todos mis años de fe había hecho todo lo posible por practicar las enseñanzas del Señor, pero no podía poner en práctica Sus palabras ni amar a los demás como a mí misma. Me enfadaba cuando oía que mi suegra me criticaba ante mi cuñada y estaba resentida con ella. Yo aspiraba a la riqueza y seguía las tendencias del mundo. La Biblia dice: “Seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45). Dios es santo y los impíos no pueden contemplar el rostro de Dios. Pero pecaba y me confesaba constantemente y no me había librado del pecado en absoluto. ¿Me juzgaría el Señor que ha vuelto y me enviaría al infierno? Así que pregunté a algunos pastores cómo resolver el problema del pecado. Me dijeron: “Mientras oremos al Señor, y nos confesemos y nos arrepintamos, Él nos perdonará nuestros pecados.” Pero esto no resolvió mi problema. Seguía pecando y confesándome como antes. Cada vez que pecaba, sentía miedo. El Señor vendría en los últimos días a juzgarnos uno a uno por nuestras acciones. Si seguía pecando, sería juzgada y condenada. ¿Cómo podría entrar en el reino? Estaba muy angustiada.

 

En febrero de 2018, mi marido empezó a participar en reuniones en línea. Se le veía muy feliz cada día y se comprometió mucho más con su fe. Esto me hizo sentir curiosidad sobre lo que hablaban en sus reuniones. Un día, mi marido me dijo: “El Señor Jesús ha vuelto como Dios Todopoderoso. Está haciendo la obra del juicio.” Me quedé asombrada. Si el Señor Jesús hubiera regresado, estaría sentado en un gran trono blanco en el cielo, juzgándonos uno por uno. Este fenómeno no se había visto, así que ¿cómo podría haber comenzado ya el juicio de los últimos días? Cuando se lo dije a mi marido, se puso a reír y dijo: “La obra de juicio de Dios en los últimos días no es como la imaginamos. Dios ha venido a la tierra encarnado y está expresando la verdad para juzgarnos.” Cada vez tenía más dudas y me preguntaba: ¿Cómo puede juzgarnos el Señor expresando palabras? Nunca había oído a ningún pastor o anciano decir tal cosa. Como mi marido acababa de aceptar la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso, no sabía explicármelo bien, así que me pidió que me reuniera con gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Al principio no quería, pero como mi marido era un hombre considerado y serio en lo que se refiere a la fe, que creía que el Señor había regresado y estaba haciendo obra de juicio, pensé que debía tener una buena razón. Para averiguar si el Señor había regresado realmente o no, acepté unirme a sus reuniones.

 

En una reunión, la hermana Liu de la iglesia compartió algo relacionado con mi pregunta: “El juicio del gran trono blanco en el Apocalipsis fue una visión que Juan tuvo en la isla de Patmos que profetizaba sobre la obra que Dios haría en los últimos días. No mostraba los hechos de la obra de Dios. No podemos intentar entender esta profecía usando nuestras nociones e imaginaciones. La Biblia dice: ‘Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios’ (2 Pedro 1:20-21). Con las profecías hay que tener un corazón temeroso de Dios. Las profecías vienen de Dios y son misteriosas, así que solo Dios puede revelar su significado. La gente solo las entiende cuando se han cumplido. Si las interpretamos literalmente, tendremos tendencia a delimitar la obra de Dios y a ofenderlo.” “Los fariseos se guiaron por el significado literal de la Escritura e imaginaron que el Mesías nacería en un palacio y llegaría al poder. Pero ocurrió exactamente lo contrario. El Señor no solo no nació en un palacio, sino que nació en un pesebre como el hijo de un carpintero, y realmente no llegó al poder. Los fariseos fueron tercos y se aferraron a sus nociones y se negaron a reconocer al Señor como el Mesías. Podían ver que Sus palabras y obras tenían autoridad y poder y que venían de Dios, pero aun así se resistieron y lo condenaron. Al final, crucificaron al Señor. Ofendieron el carácter de Dios y fueron maldecidos y castigados por Él.” “Debemos aprender de los fariseos y no intentar entender las profecías y delimitar la obra de Dios según nuestras propias nociones.”

 

Creí que lo que dijo esta hermana fue muy esclarecedor, y que concordaba con la Biblia. Las profecías vienen de Dios y Sus pensamientos son más elevados que los del hombre. La sabiduría de Dios también es más elevada que la del hombre. Solo Dios sabe los detalles de cómo se cumplirán las profecías. ¿Cómo podría el hombre comprender la obra de Dios? Me di cuenta de que no podía delimitar la obra de Dios según mis propias nociones. Le pregunté a la hermana: “Das testimonio de que Dios se ha encarnado y ha venido a la tierra en los últimos días, expresando la verdad y haciendo la obra de juicio. ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué relación tiene esto con el juicio del gran trono blanco de la Biblia?”

 

La hermana buscó estos versículos en la Biblia: “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:6-7). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). “Y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). Y este de la primera carta de Pedro: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Luego compartió lo siguiente: “Estos versículos mencionan ‘evangelio eterno para anunciarlo a los que moran en la tierra’, ‘porque la hora de su juicio ha llegado’. y ‘el juicio comience por la casa de Dios’. Podemos ver que Dios viene a la tierra en los últimos días para hacer Su obra de juicio. También se dice: ‘sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo’. ‘Hijo’ e ‘Hijo del hombre’ significa alguien nacido del hombre y que posee una humanidad normal. Como el Señor Jesús, que aunque pueda parecer normal por fuera, tiene el Espíritu de Dios y una esencia divina dentro de Él. No podemos referirnos al Espíritu de Dios ni a Su cuerpo espiritual como el Hijo del hombre. Estos versículos demuestran que Dios se encarnará como el Hijo del hombre en los últimos días para expresar la verdad y llevar a cabo la obra de juicio, y este juicio comienza por la casa de Dios. Esto significa que aquellos que escuchen la voz de Dios y se presenten ante Su trono serán juzgados primero.”

 

Luego leyó algunos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso: “Dios no juzga al hombre uno por uno y no prueba al hombre uno por uno; hacerlo así no sería la obra de juicio. ¿No es la corrupción de toda la humanidad la misma? ¿No es la esencia de la humanidad la misma? Lo que se juzga es la esencia corrupta de la humanidad, la esencia del hombre que Satanás corrompió y todos los pecados del hombre. Dios no juzga los errores frívolos e insignificantes del hombre. La obra de juicio es representativa y no se lleva a cabo especialmente para una cierta persona, más bien, es la obra en la que un grupo de personas es juzgado con el fin de representar el juicio de toda la humanidad. Al llevar a cabo personalmente Su obra en un grupo de personas, Dios en la carne usa Su obra para representar la obra de toda la humanidad, después de lo cual se extiende gradualmente. La obra de juicio también es así. Dios no juzga a una cierta clase de persona o a un cierto grupo de personas, sino que juzga la injusticia de toda la humanidad, la oposición del hombre a Dios, por ejemplo, o la irreverencia del hombre contra Él o la interferencia del hombre a la obra de Dios, etc. Lo que se juzga es la esencia de la humanidad en su oposición a Dios y esta obra es la obra de conquista de los últimos días. La obra y la palabra del Dios encarnado de las que el hombre es testigo, son la obra de juicio ante el gran trono blanco durante los últimos días, que el hombre concibió durante el tiempo pasado. La obra que actualmente está haciendo el Dios encarnado es exactamente el juicio ante el gran trono blanco” (‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”). “La obra de conquista actual tiene como propósito evidenciar obvio cuál será el final del hombre. ¿Por qué digo que el castigo y el juicio de hoy son el juicio delante del gran trono blanco de los últimos días? ¿Acaso no ves esto? ¿Por qué es la obra de conquista la última etapa? ¿No es precisamente para hacer manifiesto qué clase de final tendrá cada clase de hombre? ¿No es para permitir que todos, en el transcurso de la obra de conquista de castigo y juicio muestren su verdadera naturaleza y, posteriormente, sean clasificados según su tipo? En lugar de decir que esto es conquistar a la humanidad, podría ser mejor decir que esto está mostrando qué tipo de final tendrá cada clase de persona. Esto tiene que ver con juzgar los pecados de las personas y, luego, revelar los diversos tipos de personas, decidiendo, de esta forma, si son malvados o justos. Después de la obra de conquista llega la obra de recompensar el bien y castigar el mal. Las personas que obedecen completamente —es decir, las que son totalmente conquistadas— serán colocadas en el siguiente paso de la difusión de la obra de Dios a todo el universo; los no conquistados serán puestos en las tinieblas y se enfrentarán con calamidades. De esta manera el hombre se clasificará según su tipo, los hacedores de maldad serán agrupados con el mal, para no tener nunca más la luz del sol, y los justos serán agrupados con el bien para recibir la luz y vivir por siempre en ella” (‘La verdadera historia de la obra de conquista (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que ‘El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo’ se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados?” (‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”).

 

La hermana entonces compartió algo, y dijo: “Dios no hace Su obra de juicio en los últimos días como nos imaginamos, con todos arrodillados y Dios revelando nuestros pecados uno por uno, para luego decidir si ascendemos al cielo o descendemos al lago de fuego. Si Dios juzgara al hombre de esta manera, nadie sería digno de entrar en el reino.” “Estamos profundamente corrompidos por Satanás y llenos de actitudes satánicas. Una vez tengamos fe en el Señor podremos hacer algunas buenas obras, actuar con amabilidad y difundir el evangelio y esforzarnos para el Señor, pero aún albergamos en nuestro interior una naturaleza pecaminosa. Seguimos pecando y confesándonos y no somos capaces de cumplir las enseñanzas del Señor. Cuando el Señor no hace lo que queremos, lo culpamos. Mentimos y engañamos por el bien de nuestros propios intereses y prestigio. Cuando algo afecta a nuestros intereses, odiamos a la gente y nos vengamos de ellos... La Biblia dice: ‘la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14). ¿Las personas tan pecadoras como nosotros pueden entrar en el reino de los cielos? Si Dios nos juzgara y condenara en base a nuestro comportamiento actual, ¿no seríamos todos castigados y aniquilados?” “Para salvar a la humanidad del pecado de una vez por todas, Dios se ha encarnado una vez más como el Hijo del hombre y ha venido en secreto en los últimos días. Él es Dios Todopoderoso, que expresa la verdad y obra para juzgar y purificar a la humanidad. Este es el juicio del gran trono blanco en el Apocalipsis. Dios hace Su obra de juicio al hacerse carne primero y expresar la verdad para purificar y salvar al hombre y hacer un grupo de vencedores. Luego trae los grandes desastres, recompensa a los buenos y castiga a los malos, y destruye esta malvada era antigua. Finalmente, Él aparece abiertamente ante todas las personas y entonces concluye Su obra de juicio. Cuando descienden los grandes desastres no es cuando comienza el juicio del gran trono blanco, sino cuando concluye. En ese momento, todos aquellos cuyo carácter corrupto ha sido purificado por el juicio de las palabras de Dios durante Su obra secreta sobrevivirán a los desastres con la protección de Dios, y Él los conducirá a Su reino.” “Aquellos que negaron y condenaron a Dios Todopoderoso mientras hacía Su obra secreta serán arrasados por desastres sin precedentes, para ser castigados entre el llanto y el crujir de dientes.”

 

Mi corazón se iluminó con su enseñanza. Resultó que la obra de juicio de Dios en los últimos días no era como la había imaginado, con Dios sentado en un gran trono blanco juzgando a las personas una por una y enviándolas al cielo o al infierno. La obra de juicio de Dios se hace por etapas. Primero, Él expresa la verdad para desarraigar la naturaleza pecaminosa del hombre, purificarlo y salvarlo, dándole la oportunidad de arrepentirse y cambiar. Luego aparece abiertamente para recompensar el bien y castigar el mal. Esa imagen que tenía en mi cabeza del gran trono blanco será la escena final de la obra de juicio de Dios. Si esperara hasta entonces para aceptar la obra de Dios de los últimos días, sería demasiado tarde y perdería mi oportunidad de salvación. Vi que lo mejor sería estudiar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Así que le pregunté a la hermana: “¿Cómo juzga Dios y purifica a la gente con Sus palabras?”

 

Ella leyó un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso. “En los últimos días, Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la sustancia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como la sabiduría y el carácter de Dios, etc. Todas estas palabras están dirigidas a la sustancia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios se refieren a que el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra del juicio, Dios no aclara simplemente la naturaleza del hombre con unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda no pueden ser sustituidos con palabras corrientes, sino con la verdad de la que el hombre carece por completo. Solo los métodos de este tipo pueden llamarse juicio; solo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra del juicio realizada por Dios” (‘Cristo hace la obra del juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

 

Siguió compartiendo y dijo: “Al expresar la verdad para hacer Su obra de juicio y purificación del hombre, Dios no solo dice unas pocas palabras o escribe algunos pasajes, sino que expresa todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad.” “Revela verdades tales como cómo Satanás corrompe al hombre, cómo Dios salva al hombre, a quién bendice, a quién elimina, quién puede ser salvado y entrar en el reino, y así sucesivamente. En particular, expone y examina la naturaleza satánica del hombre que se resiste a Dios y revela claramente todas las actitudes satánicas y venenos que tenemos dentro de nosotros. Podemos ver en las revelaciones y el juicio de las palabras de Dios la verdad de nuestra propia corrupción por parte de Satanás. Llegamos a conocer nuestra naturaleza pecaminosa que se resiste a Dios y su causa fundamental, y vemos hasta qué punto están arraigadas en nuestro interior como la arrogancia, el engaño, la maldad y el odio a la verdad. Por ejemplo, aunque podemos entregarnos al Señor y soportar que los incrédulos se burlen y nos calumnien, y no negamos al Señor ni dejamos de predicar el evangelio del reino, aunque nos envíen a la cárcel, cuando la calamidad golpea y nuestras perspectivas de futuro parecen sombrías, nos quejamos y culpamos a Dios, nos arrepentimos de los esfuerzos que hemos hecho e incluso podemos negar y traicionar a Dios. Vemos que los esfuerzos que hicimos fueron solo para obtener la gracia y las bendiciones de Dios, y para recibir una corona y ser recompensados. Tales esfuerzos son impuros. Solo estamos haciendo tratos con Dios y engañando al Señor. Solo entonces reconocemos lo corruptos que estamos por Satanás y que no veneramos a Dios y no tenemos conciencia ni razón. Al experimentar el juicio y el castigo de Dios, empezamos a conocer el carácter justo y majestuoso de Dios. Empezamos a venerar a Dios, a odiarnos de verdad y a estar dispuestos a abandonar nuestra carne y practicar la verdad. Nuestra corrupción empieza a purificarse y empezamos a vivir una verdadera semejanza humana.” “Aquellos que han sido juzgados por las palabras de Dios durante años saben desde el fondo de su corazón que el juicio de Dios puede de hecho purificar y cambiar a la gente, y que es el amor y la salvación para el hombre.”

 

Gracias a lo que compartió, vi lo práctica que es la obra de juicio de Dios. Dios realmente expresa palabras para juzgar y exponer nuestra corrupción y la causa principal de nuestros pecados, para mostrarnos el camino hacia el cambio y para Aprender la Biblia y salvarnos. Antes, siempre que pecaba solo le pedía al Señor que me perdonara pero luego no podía evitar pecar de nuevo porque no había aceptado el juicio de Dios en los últimos días. Ahora por fin he encontrado el camino para librarme del pecado y ser purificada.

 

Leí muchas palabras de Dios Todopoderoso después de eso, así como muchos testimonios escritos por hermanos y hermanas. Me convencí de que las palabras de Dios Todopoderoso son la verdad y pueden purificar y cambiar a la gente. Reconocí que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado y acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Si miro atrás, vivía en mi imaginación, esperando que el Señor viniera para el juicio del gran trono blanco. No sabía que Dios ya había venido en secreto para expresar la verdad y empezar la obra de juicio comenzando por la casa de Dios. ¡Casi me pierdo la salvación de Dios de los últimos días! Doy gracias a Dios por Su misericordia y bondad al permitirme escuchar Su voz, ser elevada ante Su trono y aceptar ser juzgada y purificada ante el asiento de Cristo. ¡Demos gracias a Dios Todopoderoso!

 

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