Dios Todopoderoso dice:
“Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. A su vez, el hombre vino para tener padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, fue destinado a existir dentro de la ordenación de Dios. Es el aliento de vida de Dios lo que sostiene a cada ser vivo a lo largo de su crecimiento hacia la adultez. Durante este proceso, nadie cree que el hombre vive y crece bajo el cuidado de Dios. Más bien, ellos mantienen que el hombre crece bajo el amor y cuidado de sus padres y que su crecimiento es gobernado por el instinto de la vida. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene, mucho menos cómo el instinto de la vida crea milagros. El hombre sólo sabe que el alimento es la base de continuidad de la vida, que la perseverancia es la fuente de la existencia de la vida y que la creencia en su mente es la riqueza de su sobrevivencia. El hombre no siente la gracia y la provisión de Dios. Entonces el hombre malgasta la vida otorgada a él por Dios… Ningún hombre al que Dios cuida día y noche toma la iniciativa de adorarlo. Dios sigue obrando, como lo planeó, en el hombre para quien no tiene esperanzas. Lo hace así con la esperanza de que un día el hombre despierte de su sueño y de repente comprenda el valor y el sentido de la vida, entienda lo que a Dios le costó haberle dado todo al hombre y sepa cuán fervientemente Dios anhela que el hombre se vuelva a Él. Ninguno ha considerado nunca los secretos del origen y la continuación de la vida del hombre. Y, sin embargo, sólo Dios, que entiende todo esto, soporta silenciosamente el dolor y los golpes del hombre que ha recibido todo de parte de Dios pero que no es agradecido. El hombre da por sentado todo lo que la vida trae y “por rutina” Dios es traicionado, olvidado y extorsionado por el hombre. ¿Es el plan de Dios realmente de tal importancia? ¿Tiene el hombre, el ser vivo que vino de la mano de Dios, realmente tal importancia? El plan de Dios es de absoluta importancia; sin embargo, el ser vivo creado por la mano de Dios existe para Su plan. Por lo tanto, Dios no puede arrastrar a la ruina Su plan por odio a esta humanidad. Es por el bien de Su plan y el aliento que Él exhaló, que Dios soporta todo el tormento, no por la carne del hombre sino por la vida del hombre. Él quiere recobrar, no la carne del hombre sino la vida que Él exhaló. Este es Su plan.”
“Todos los que llegan a este mundo deben experimentar la vida y la muerte y muchos han experimentado el ciclo de la muerte y el renacimiento. Los que viven pronto morirán y los muertos pronto regresarán. Todo esto es el curso de la vida dispuesto por Dios para cada ser vivo. Sin embargo, este curso y ciclo son la verdad que Dios desea que el hombre vea, que la vida que Dios ha otorgado al hombre es infinita e irrestricta por la carne, el tiempo o el espacio. Este es el misterio de la vida otorgada por Dios al hombre y la prueba de que la vida viene de Él. Aunque muchos puedan no creer que la vida vino de Dios, el hombre inevitablemente goza de todo lo que viene de Dios, ya sea que crea o niegue Su existencia. En caso de que Dios un día tuviera un repentino cambio de pensamiento y desee reclamar todo lo que existe en el mundo y tomar otra vez la vida que ha dado, entonces todo ya no será más. Dios usa Su vida para proveer a todas las cosas, tanto vivientes como sin vida, llevando todo a buen orden en virtud de Su poder y autoridad. Esta es una verdad que nadie puede concebir o comprender fácilmente y estas verdades incomprensibles son la manifestación y el testimonio de la fuerza vital de Dios. Ahora bien, déjame contarte un secreto: la grandeza y el poder de la vida de Dios no puede ser entendida por criatura alguna. Es así ahora, fue así antes y será así en el tiempo por venir. El segundo secreto que compartiré es este: el origen de la vida proviene de Dios, para toda la creación, sin importar la diferencia en forma o estructura. No importa qué clase de ser vivo seas, no te puedes mover en contra de la senda de la vida que Dios ha establecido. En cualquier caso, todo lo que deseo es que el hombre entienda que sin el cuidado, custodia y provisión de Dios, el hombre no puede recibir todo lo que estaba destinado a recibir, no importa qué tan grande sea el esfuerzo o la lucha. Sin el alimento de vida de Dios el hombre pierde el valor de vivir y pierde el sentido de la vida. ¿Cómo podría Dios permitirle a un hombre, quien desperdicia el valor de Su vida, ser tan despreocupado? Una vez más, no se te olvide que Dios es el origen de tu vida. Si el hombre no aprecia todo lo que Dios le ha otorgado, Dios no sólo recuperará todo lo que dio, sino más que eso, el hombre deberá pagar doble para reparar todo lo que Dios ha gastado”.
De "La Palabra manifestada en carne"
26 de mayo de 2003
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