Muchas personas piensan que al creer en el Señor Jesús sus pecados son absueltos y ellas son salvadas por medio de la fe. Además, creen que una vez que alguien es salvado lo está para siempre y que cuando vuelva el Señor podrá ser arrebatado y entrar en el reino de los cielos. Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21 ). Estas personas que dicen “Señor, Señor” han sido todas salvadas por medio de su fe en el Señor, así que, ¿por qué no pueden entrar en el reino de los cielos todas y cada una de ellas? ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué relación hay exactamente entre ser salvado y entrar en el reino de los cielos?
Respecto a la “salvación a través de la fe” de la que hablamos, esta “salvación” sólo se refiere a que nos perdonen los pecados, que la ley no nos detenga o nos condene a muerte. No significa que la persona que ha sido “salvada” pueda caminar por la senda de Dios, esté libre de pecado y se haya convertido en santa. Desde luego, no significa que pueda entrar en el reino de los cielos. Aunque nuestros pecados son perdonados por la fe, estos pecados siguen existiendo. Podemos todavía seguir pecando y resistirnos a Dios. Vivimos en un constante ciclo de pecado y confesión de nuestros pecados. ¿Cómo puede gente como esa entrar en el reino de los cielos? La Biblia dice: “[…] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Si dices que los pecadores habituales pueden entrar en el reino de los cielos, eso no se corresponde con los hechos. ¿Te atreves a decir que los hombres impuros y corruptos, los pecadores habituales, viven en el reino de los cielos? ¿Alguna vez has visto a una persona impura y malvada en el reino de los cielos? El Señor es justo y santo. ¿Permitiría el Señor que entrara en el reino de los cielos un pecador habitual? El Señor Jesús dijo: “Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). Por tanto, vemos que aquellos que no se han liberado de su pecado y han obtenido la santidad no serán capaces de entrar en el reino de los cielos. Si lo que dices es verdad y los que obtienen la salvación a través de la fe pueden entrar en el reino de los cielos, ¿entonces por qué el Señor Jesús dice esto: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21)? ¿Por qué dijo que separaría a las cabras de las ovejas y al trigo de la cizaña? Entonces, aquellos que son salvados a través de la fe podrá entrar en el reino de los cielos, no puede ser verdad. Esta creencia es contradicha directamente por las palabras del Señor Jesús.
El Señor Jesús ha perdonado los pecados de la humanidad, pero eso no significa que el hombre no tenga pecado. Eso no significa que el hombre haya sido liberado del control de sus pecados o que haya alcanzado la santidad. El Señor Jesús perdona los pecados del hombre. ¿A qué se refiere realmente el “pecado” en este contexto? Se refiere al adulterio, el robo, etc., cualquier cosa que infrinja las leyes, los mandamientos o las palabras de Dios es pecado. Cualquier acción que se resista, condene o juzgue a Dios también es pecado. Cualquier blasfemia contra Dios es pecado, un pecado que no puede ser perdonado. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús se sacrificó por los pecados de la humanidad. Sólo aquellos que oraran al Señor y se arrepintieran no serían condenados o muertos. Es decir, Dios ya no los vería como pecadores. El hombre que era perdonado de sus pecados podía orar directamente al Señor y participar en Su gracia. Ese es el verdadero significado de “los pecados son perdonados”. Aunque los pecados del hombre han sido perdonados debido al sacrificio de pecado del Señor Jesús, eso no significa que hayan dejado de pecar y de resistirse a Dios. La naturaleza pecadora del hombre todavía permanece, así que aún puede resistirse y traicionar a Dios y tenerlo por su enemigo. ¿Cómo van a ser aptas para entrar en el reino de los cielos personas semejantes? Como dice Dios: “Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.
La obra de redención del Señor Jesús sólo perdonó los pecados del hombre; no resolvió su carácter corrupto. La arrogancia interior del hombre, el egoísmo, la codicia, el engaño y otros aspectos de su carácter satánico aún permanecen. Este carácter corrupto es más profundo que el pecado; es mucho más tenaz que el pecado. Es la fuente de nuestros pecados y de nuestra resistencia a Dios. Si estos caracteres satánicos corruptos no se resuelven, el hombre continuará pecando, se resistirá a Dios, y lo juzgará y condenará de acuerdo a sus propias imaginaciones y concepciones. Cuando sufren y son perseguidos, pueden negar a Dios e incluso traicionarlo como hizo Judas. Cuando tienen posiciones de poder, pueden establecer reinos independientes en resistencia a Dios. Algunas personas incluso roban las ofrendas de Dios y ofenden su carácter; estas serán condenadas y extinguidas por Dios… Por lo tanto, si la naturaleza de las personas que se resisten a Dios no se resuelve, si su carácter satánico corrupto no es limpiado, serán capaces de cualquier comportamiento malvado para resistirse a Dios. ¿Cómo puede este tipo de personas entrar en el reino de Dios? Entonces, de acuerdo con Su plan de gestión para salvar a la humanidad y las necesidades reales de la humanidad corrupta, Dios expresa muchos aspectos diferentes de la verdad en los últimos días y lleva a cabo Su obra, que cumple la profecía de la Biblia: “El juicio debe comenzar en la casa de Dios”, y resuelve el problema clave de que la humanidad corrupta está controlada por su naturaleza satánica. Esa es la manera en la que el hombre se liberará gradualmente de su carácter satánico corrupto, dejará de rebelarse y de resistirse a Dios, llegará a ser capaz de obedecer y reverenciar verdaderamente a Dios. Sólo entonces será purificado y entrará en el reino de los cielos.
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