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Canción cristiana | Dios Todopoderoso se ha sentado en el glorioso trono
I
El Rey obtuvo la victoria, se sentó en el glorioso trono,
redimió a Su pueblo y lo lidera para que aparezca en Su gloria.
Todo está firmemente en Sus manos;
con Su sabiduría sagrada y poder
construyó y fortificó, construyó y fortificó Sion.
Con Su majestuosidad, Él juzgó a este malvado mundo,
juzgó a todas las naciones, la tierra, el mar y todo lo vivo,
y también a los embriagados de vino del libertinaje.
Dios seguro que los juzgará, seguro que los juzgará.
Dios les mostrará Su furia, revelará Su majestad,
juzgará en un instante, Él juzgará en un instante.
El fuego implacable de Su ira consumirá todos sus pecados mortales,
consumirá todos sus pecados mortales.
La catástrofe llegará en cualquier momento.
II
El Rey obtuvo la victoria, se sentó en el glorioso trono,
redimió a Su pueblo y lo lidera para que aparezca en Su gloria.
Todo está firmemente en Sus manos;
con Su sabiduría sagrada y poder
construyó y fortificó, construyó y fortificó Sion.
Les es difícil escapar, no encontrarán refugio.
Llorarán y crujirán de dientes, sus propios pecados los destruirán.
Los amados hijos de Dios, victoriosos, permanecerán en Sion.
Se quedarán allí por siempre, se quedarán allí por siempre.
Todo el pueblo escucha la voz de Dios, presta atención a Sus actos.
Las voces que lo alaban nunca cesarán, nunca jamás cesarán.
III
¡El verdadero y único Dios ha aparecido!
Confiaremos en Él con el espíritu y lo seguiremos de cerca,
y haremos todo lo que podamos para avanzar con prisa y ninguna duda.
El fin del mundo se nos ha revelado.
¡Renuncia a tu afición a las riquezas del mundo secular!
¡Libérate de las ataduras a tu marido y a tus hijas e hijos!
¡Renuncia a tus opiniones y prejuicios!
¡Despierta, no queda tiempo!
El Rey obtuvo la victoria, se sentó en el glorioso trono,
redimió a Su pueblo y lo lidera para que aparezca en Su gloria.
Deja que tu espíritu mire hacia arriba,
deja que mire hacia arriba y que Dios tome el control.
No hagas lo que hizo la esposa de Lot.
¡Es lamentable que te abandonen!
¡Qué lamentable es! ¡Despierta!
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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