¿Cómo salva Dios al hombre en los últimos días: mostrar señales y prodigios o expresar la verdad?
Al mirar este título, quizás algunos digan: “Cuando el Señor Jesús apareció y obró, mostró muchas señales y prodigios y le dio abundante gracia al hombre. Por supuesto, cuando Él regrese en los últimos días, hará lo mismo, de lo contrario no será el regreso del Señor”. Pero, ¿alguna vez hemos pensado que esto se basa en las palabras del Señor Jesús? Si no, tal punto de vista no es correcto. Con respecto a cómo llevará el Señor a cabo la obra de salvar al hombre en los últimos días, primero vamos a estudiar las profecías de la Biblia. El Señor Jesús dijo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). El Señor Jesús nos dice claramente que el Espíritu Santo de verdad nos guiará a toda la verdad en los últimos días, y el Espíritu Santo es Dios, es decir, Dios expresará la verdad cuando venga. Y además, el libro del Apocalipsis profetiza siete veces: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Aquí también nos dice con claridad que el Espíritu Santo hablará a las iglesias en los últimos días, lo que significa que Dios expresará más palabras. Esto es indudablemente cierto.
Dios Todopoderoso dice: “En la obra de los últimos días, la palabra es más poderosa que la manifestación de señales y maravillas, y la autoridad de la palabra sobrepasa la de las señales y las maravillas. La palabra revela todas las actitudes corruptas enterradas en lo profundo del corazón del hombre. No tienes forma de reconocerlas por ti mismo. Cuando te sean reveladas por medio de la palabra, llegarás a descubrirlas de forma natural; no serás capaz de negarlas, y estarás totalmente convencido. ¿No es esta la autoridad de la palabra? Este es el resultado alcanzado por la obra actual de la palabra. Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por medio de la curación de la enfermedad y la expulsión de los demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por medio de la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para sanar enfermedades y expulsar demonios sólo le otorga gracia al hombre, pero la carne del hombre sigue perteneciéndole a Satanás y el carácter satánico corrupto permanece dentro del hombre. En otras palabras, lo que no se ha purificado sigue perteneciéndole al pecado y la inmundicia. Sólo después de que el hombre se haya purificado por medio de la palabra podrá ser ganado por Dios y ser santificado. Cuando los demonios fueron echados fuera del hombre y él fue redimido, esto sólo significó que él fue arrebatado de las manos de Satanás y devuelto a Dios. Sin embargo, si Dios no lo ha purificado ni cambiado, sigue siendo un hombre corrupto. Dentro del hombre todavía existen la inmundicia, la oposición y la rebeldía; el hombre sólo ha vuelto a Dios por medio de Su redención, pero no tiene el más mínimo conocimiento de Él y todavía es capaz de resistirse a Él y traicionarle. Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya habían sido plantados en su interior, y, después de miles de años de ser corrompido por Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza establecida que se resiste a Dios. Por tanto, cuando el hombre ha sido redimido, no se trata más que de un caso de redención en el que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa que existe en su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan contaminado debe pasar por un cambio antes de volverse digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser purificado”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
Después de creer en el Señor, aunque hemos sido perdonados de nuestros pecados, a menudo podemos pecar y resistirnos a Dios involuntariamente. Si Dios muestra señales y prodigios, sólo podemos disfrutar de Su gracia, pero no liberarnos del pecado, ni ser purificados. Solo si Dios expresa la verdad en los últimos días, indicándonos el camino para deshacernos de la esclavitud del pecado y revelándonos la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás y buscamos el cambio después de que nos demos cuenta de esto, podremos lograr gradualmente la purificación del pecado y estar calificados para entrar en Su reino.
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.