Versículos bíblicos como referencia:
“Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira. Pero porque yo digo la verdad, no me creéis. […] El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios” (Juan 8:44-47).
“En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo” (1 Juan 4:2-3).
“Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1:7).
Las palabras relevantes de Dios:
Como crees en Dios, debes poner tu fe en todas las palabras de Dios y en toda Su obra. Es decir, como crees en Dios, debes obedecerle. Si no puedes hacerlo, entonces no importa si crees en Dios. Si has creído en Dios muchos años, pero nunca le has obedecido ni has aceptado todas Sus palabras, sino que le has pedido que Él se someta a ti y actúe según tus propios conceptos, entonces eres la más rebelde de todas las personas, y eres un incrédulo. ¿Cómo puede alguien así obedecer la obra y las palabras de Dios que no se conforman a los conceptos del hombre? La persona más rebelde es aquella que intencionalmente desafía a Dios y se le resiste. Es el enemigo de Dios y el anticristo. Tal persona tiene constantemente una actitud hostil hacia la nueva obra de Dios, nunca ha demostrado la más mínima intención de someterse y jamás se ha sometido o humillado de buen grado. Este individuo se exalta a sí mismo ante los demás y nunca se somete a nadie. Ante Dios, se considera el más diestro para predicar la palabra y el más hábil para obrar en los demás. Nunca descarta los “tesoros” que ya posee, sino que los considera herencias familiares para adorar, para predicar al respecto a los demás, y los usa para sermonear a los necios que lo idolatran. Por cierto, hay una cierta cantidad de personas de esta clase en la iglesia. Se podría decir que son “héroes indómitos”, generación tras generación que habita en la casa de Dios. Consideran que predicar la palabra (doctrina) es su tarea suprema. Año tras año y generación tras generación, se dedican vehementemente a hacer que su obligación “sagrado e inquebrantable” se cumpla. Nadie se atreve a tocarlos ni a reprenderlos abiertamente. Se transforman en “reyes” en la casa de Dios, y causan estragos mientras tiranizan a los demás de una era a otra. Este grupo de demonios busca unirse y derribar Mi obra; ¿cómo puedo permitir que estos demonios vivientes existan delante de Mis ojos?
Extracto de ‘Los que obedecen a Dios con un corazón verdadero, con seguridad serán ganados por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cualquiera que no crea en Dios encarnado, es decir, cualquiera que no crea en la obra y el discurso del Dios visible y no crea en el Dios visible, y en su lugar adore al Dios invisible en el cielo, no tiene a Dios en su corazón. Son personas que son desobedientes a Dios y lo resisten. Esta gente carece de humanidad y razón, por no decir nada de la verdad. Para esta gente, el Dios visible y tangible más aún no puede ser creído, sin embargo, el Dios invisible e intangible es el más creíble y también el más deleitoso a sus corazones. Lo que ellos buscan no es la verdad de la realidad ni tampoco la verdadera esencia de la vida, mucho menos las intenciones de Dios; más bien, buscan la emoción. Cualesquiera que sean las cosas que les permitan conseguir más sus propios deseos, estas son, sin duda, sus fes y sus búsquedas. Sólo creen en Dios con el fin de satisfacer sus propios deseos, no de buscar la verdad. ¿No son estas personas malhechoras? Confían demasiado en ellas mismas y no creen que Dios en el cielo las destruirá, estas “buenas personas”. En cambio, creen que Dios les permitirá permanecer y, más aun, las recompensará generosamente porque han hecho muchas cosas para Dios y han mostrado gran “lealtad” hacia Él. Si fueran a buscar al Dios visible, de inmediato devolverían el golpe contra Dios o montarían en cólera una vez que sus deseos se vinieran abajo. Esta es gente vil que busca satisfacer sus propios deseos; no es gente de integridad en búsqueda de la verdad. Tales personas son las así llamadas personas malvadas que siguen a Cristo. Esas personas que no buscan la verdad no pueden creer la verdad. Son las más incompetentes para percibir el resultado futuro de la humanidad porque no creen ninguna obra o discurso del Dios visible y no pueden creer en el destino futuro de la humanidad. Por lo tanto, aunque sigan al Dios visible, todavía hacen el mal y no buscan la verdad ni tampoco practican la verdad que Yo demando.
Extracto de ‘Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo’ en “La Palabra manifestada en carne”
El mayor problema del hombre es que a él sólo le gustan las cosas que no puede ver ni tocar, las cosas que son supremamente misteriosas y asombrosas, que son inimaginables por el hombre y que son inalcanzables por simples mortales. Cuanto menos realistas sean estas cosas, más las analiza el hombre, que incluso las persigue haciendo caso omiso de todo lo demás e intenta obtenerlas. Cuanto menos realistas sean estas, más profundamente las somete a escrutinio y las analiza el hombre, incluso yendo tan lejos como crear sus propias exhaustivas ideas sobre ellas. Por el contrario, mientras más realistas sean las cosas, más las desdeña el hombre; simplemente las mira con altivez, y hasta es despectivo hacia ellas. ¿No es esta precisamente vuestra actitud hacia la obra realista que Yo realizo hoy? Mientras más realistas sean las cosas, más prejuiciosos sois contra ellas. Vosotros no dedicáis tiempo en examinarlas, sino que sencillamente las ignoráis; miráis con altivez estos requisitos realistas y claros, e incluso albergáis numerosas nociones acerca de este Dios que es práctico en sobremanera, y simplemente sois incapaces de aceptar Su realidad y normalidad. De esta manera, ¿no giran vuestras creencias en torno a la vaguedad? Vosotros mantenéis una creencia inquebrantable en el Dios vago de los tiempos pasados, y no tenéis interés en el Dios práctico de hoy. ¿No se debe esto a que el Dios de ayer y el Dios de hoy corresponden a dos épocas diferentes? ¿No es también debido a que el Dios de ayer es el Dios exaltado de los cielos, mientras que el Dios de hoy es un hombre pequeño en la tierra? ¿No es, además, porque el Dios adorado por el hombre es producto de sus nociones, mientras que el Dios de hoy es práctica carne hecha sobre la tierra? Cuando todo esté dicho y hecho, ¿no lo será porque el Dios de hoy es tan real que el hombre no lo busca? Porque lo que el Dios de hoy pide del hombre es precisamente lo que el hombre está menos dispuesto a hacer, y que le produce vergüenza. ¿No es esto hacer las cosas más difíciles para el hombre? ¿No pone esto en evidencia sus cicatrices? De esta manera, muchos de los que no buscan la actualidad se vuelven enemigos de Dios encarnado, se convierten en anticristos. ¿No es esto un hecho evidente? En el pasado, cuando Dios aún no se había hecho carne, quizá tú eras una figura religiosa, o un creyente devoto. Después que Dios se hizo carne, muchos de estos devotos creyentes, sin saberlo, se convirtieron en anticristos. ¿Sabes tú lo que está pasando aquí? En tu creencia en Dios, no te concentras en la actualidad o en la búsqueda de la verdad, sino que en cambio te obsesionas con falsedades. ¿No es esto la fuente más clara de tu enemistad con Dios encarnado? Dios encarnado es llamado Cristo, así que ¿no son todos los que no creen en Dios encarnado, anticristos? ¿Y entonces es ese en el cual crees y al cual amas el verdadero Dios hecho carne? ¿Es en verdad ese el Dios vivo que respira y que es actual al máximo y extraordinariamente normal? ¿Cuál es exactamente el objetivo de tu búsqueda? ¿Está en el cielo o en la tierra? ¿Es una noción o es la verdad? ¿Es Dios o es un ser sobrenatural?
Extracto de ‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”
El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos racionales y aceptar la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que sólo una de cada 10.000 de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído sólo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: “Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo”, o “Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente”. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien sin la fortuna suficiente como para regresar ante el trono de Dios?
Extracto de ‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”
Creéis en la existencia del Dios en el cielo, pero negáis la del Dios en la tierra. Sin embargo, Yo no apruebo vuestras opiniones. Elogio sólo a los hombres que mantienen los pies sobre la tierra y sirven al Dios en la tierra, pero nunca a aquellos que jamás reconocen al Cristo que está en la tierra. No importa cuán leales sean estas personas al Dios en el cielo; al final, no escaparán de Mi mano que castiga a los malvados. Estos hombres son malvados; son los perversos que se oponen a Dios y que nunca obedecieron a Cristo con alegría. Por supuesto, entre ellos se encuentran todos los que no conocen a Cristo ni mucho menos lo reconocen. ¿Crees que puedes actuar como te parezca hacia Cristo, siempre y cuando seas leal al Dios del cielo? ¡Estás equivocado! Tu ignorancia de Cristo es la ignorancia del Dios del cielo. No importa cuán leal seas al Dios del cielo, esto es meramente palabras vacías y fingimiento, porque el Dios de la tierra no sólo es fundamental para que el hombre reciba la verdad y un conocimiento más profundo, sino incluso aún más fundamental para la condenación del hombre y, luego, para echar mano de los hechos para castigar a los malvados. ¿Has comprendido los resultados beneficiosos y dañinos aquí? ¿Los has experimentado? Deseo que algún día, pronto, entendáis esta verdad: para conocer a Dios, no sólo debéis conocer al Dios del cielo, sino que, más importante aún, al Dios en la tierra. No confundas tus prioridades ni permitas que lo secundario reemplace lo principal. Es la única manera en que puedes cultivar verdaderamente una buena relación con Dios, acercarte más a Él y llevar tu corazón más cerca de Él. Si hace muchos años que estás en la fe y hace mucho tiempo que te relacionas conmigo, pero permaneces a cierta distancia de Mí, entonces Yo afirmo que debe ser que a menudo ofendes el carácter de Dios y que tu final será difícil de estimar. Si los muchos años de relacionarte conmigo no sólo han fracasado en transformarte en una persona con humanidad y con la verdad, sino que han arraigado tus maneras malvadas en tu naturaleza, y no sólo tienes el doble de delirios de grandeza que antes, sino que también se han multiplicado tus malentendidos sobre Mí, de manera que has llegado a considerarme tu insignificante secuaz; entonces Yo digo que tu enfermedad ya no es superficial, sino que ha calado hasta los huesos. Lo único que te queda es esperar tus arreglos funerarios. Entonces, no debes suplicarme que sea tu Dios, porque has cometido un pecado digno de muerte, un pecado imperdonable. Aun si pudiera tener misericordia de ti, el Dios del cielo insistirá en quitarte la vida, porque tu ofensa contra el carácter de Dios no es un problema ordinario, sino uno de suma gravedad. Cuando llegue el momento, no me culpes por no habértelo informado de antemano. Todo se reduce a lo siguiente: si te relacionas con el Cristo —el Dios en la tierra— como con un hombre común y corriente; es decir, si crees que este Dios no es más que un hombre, entonces es allí cuando perecerás. Esta es Mi única amonestación para todos vosotros.
Extracto de ‘Cómo conocer al Dios en la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”
Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que a las personas que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios las detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, que nadie puede evitar. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No debes simplemente pensar en obtener bendiciones sin recibir la verdad o sin aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a quemarte por la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos. También te digo que si te opones al Cristo de los últimos días y lo niegas, entonces no hay nadie que pueda soportar las consecuencias en tu lugar. Además, a partir de este día no tendrás otra oportunidad para obtener la aprobación de Dios; incluso si tratas de redimirte tú mismo, nunca más volverás a contemplar el rostro de Dios. Porque al que tú te opones no es a un hombre, lo que niegas no es algún ser diminuto, sino a Cristo. ¿Eres consciente de estas consecuencias? No has cometido un pequeño error, sino que has cometido un crimen atroz. Y así les aconsejo a todos que no tengan una reacción violenta contra la verdad, o hagan críticas descuidadas, porque sólo la verdad te puede dar la vida y nada excepto la verdad te puede permitir volver a nacer y contemplar el rostro de Dios.
Extracto de ‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”
Recomendación: Jesús es Dios
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