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Dios espera que la humanidad pueda continuar viviendo

 

Recientemente, todos han estado prestando atención al Coronavirus en Wuhan, China. La epidemia se ha extendido rápidamente a más de 100 países en el mundo y todavía está aumentando de manera rápida. El número de infecciones y muertes está elevando cada día en todo el mundo, y nuestras vidas humanas se verán amenazadas. Ante esta pandemia repentina, no podemos evitar reflexionar: ¿qué tipo de advertencia nos trae el desastre? ¿Cuál es la voluntad de Dios?

 

Dios Todopoderoso dice: “Dios había despreciado al hombre, porque el hombre estaba en enemistad con Él; pero en Su corazón, Su cuidado, preocupación y misericordia por la humanidad permanecían inmutables. Incluso cuando destruyó a la humanidad, Su corazón permaneció inmutable. Cuando esta estaba llena de corrupción y hasta cierto punto le desobedeció a Dios, Él tuvo que destruirla por Su carácter y Su esencia, y de acuerdo con Sus principios. Pero por Su esencia, Dios siguió compadeciéndose de ella, y hasta quiso usar diversas formas para redimirla, a fin de que continuase viviendo. En su lugar, el hombre se opuso a Dios, siguió desobedeciéndole y se negó a aceptar Su salvación, es decir, se negó a aceptar Sus buenas intenciones. No importa cómo lo llamó Dios, lo recordó, le proveyó, lo ayudó o toleró, el hombre no lo entendía ni lo apreciaba, ni le prestaba atención. En Su dolor, Dios no olvidó extenderle al hombre Su máxima tolerancia, esperando que el hombre volviera. Después de alcanzar Su límite, hizo lo que tuvo que hacer sin dudarlo. En otras palabras, hubo un período de tiempo y un proceso específicos desde el momento en que Dios planeó destruir la humanidad hasta el comienzo oficial de Su obra de destrucción de la misma. Este proceso existió con el propósito de capacitar al hombre para que volviera, y fue la última oportunidad que Dios le dio al hombre”.

 

Echa un vistazo a la época del arca de Noé, la gente en ese momento era corrupta y malvada al extremo. Nadie escuchaba la Palabra de Dios y nadie adoraba a Él, y sus acciones ofendieron el carácter justo de Dios. Eventualmente, Dios destruyó a todas las personas con un diluvio, excepto la familia de ocho de Noé. Ahora, los seres humanos en los últimos días también se vuelven licenciosos y corruptos, rechazando la salvación de Dios una y otra vez, y siendo hostiles a Él, son peores que los de la era de Noé, pero Dios todavía está preocupado por nosotros los seres humanos y no soporta destruir a todas las personas. La llegada de varios desastres es el permiso de Dios, es el recordatorio y la advertencia de Dios a nosotros. Dios quiere que nos arrepintamos de verdad y encontremos Sus huellas lo antes posibles, y aceptemos Su salvación de los últimos días, y que toda la humanidad pueda escuchar Sus palabras y obedecerlo y nunca sea corrompida por Satanás, llevando una vida como Adán y Eva en el Jardín del Edén. De esto, podemos ver las buenas intenciones de Dios.

 

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