Bible Verses for Reference:
Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa del Señor será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor. Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz del Señor (Isaías 2:2-5).
[…] diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar. Y las naciones se enfurecieron, y vino tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra (Apocalipsis 11:17-18).
Palabras relevantes de Dios:
La llegada del Dios encarnado de los últimos días ha puesto fin a la Era de la Gracia. Él ha venido principalmente a hablar Sus palabras, a usar palabras para perfeccionar al hombre, para iluminarlo y esclarecerlo, y eliminar el lugar del Dios vago en su corazón. Esta no es la etapa de la obra que Jesús realizó cuando vino. Cuando Él vino, hizo muchos milagros, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y realizó la obra de redención de la crucifixión. Como consecuencia, en sus conceptos, el hombre cree que así es como Dios debería ser. Porque cuando Jesús vino, no llevó a cabo la obra de eliminar la imagen del Dios vago del corazón del hombre; cuando vino, fue crucificado, sanó a los enfermos y echó fuera demonios, y difundió el evangelio del reino de los cielos. En un aspecto, la encarnación de Dios durante los últimos días elimina el lugar ocupado por el Dios vago en los conceptos del hombre, de tal forma que la imagen del mismo ya no está más en su corazón. Por medio de Sus palabras y Su obra reales, de Su movimiento por todas las tierras, y de la obra excepcionalmente real y normal que realiza entre los hombres, Él hace que estos lleguen a conocer la realidad de Dios y elimina el lugar del Dios vago en el corazón de los hombres. En otro aspecto, Dios usa las palabras habladas por Su carne para hacer completo al hombre, y cumplir todas las cosas. Esta es la obra que Dios cumplirá durante los últimos días.
de ‘Conocer la obra de Dios hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”
Sólo hoy, cuando vengo personalmente en medio del hombre y hablo Mis palabras, el hombre tiene un poco de conocimiento de Mí, eliminando el sitio para “Mí” en sus pensamientos, creando en su lugar otro para el Dios práctico en su conciencia. El hombre tiene nociones y está lleno de curiosidad; ¿quién no querría ver a Dios? ¿Quién no querría encontrarse con Él? No obstante, la única cosa que ocupa un lugar definido en el corazón del hombre es el Dios que este siente que es confuso y abstracto. ¿Quién se daría cuenta de esto si Yo no se lo dijera claramente? ¿Quién creería verdaderamente que Yo existo realmente? ¿Seguro sin un atisbo de duda? Existe una inmensa diferencia entre el “Mi” en el corazón del hombre y el “Mi” de la realidad, y nadie es capaz de establecer comparaciones entre ellos. Si Yo no me hubiera hecho carne, el hombre nunca me habría conocido, e incluso si hubiera llegado a hacerlo, ¿no seguiría siendo tal conocimiento una noción? […]
[…] Como el hombre ha sido tentado y corrompido por Satanás, como ha sido absorbido por el pensamiento de nociones, me he hecho carne con el fin de conquistar personalmente a toda la humanidad, descubrir todas las nociones del hombre y destrozar su pensamiento. Como consecuencia, este ya no se pavonea delante de Mí ni me sirve más usando sus propios conceptos; por consiguiente, el “Mí” de sus nociones se descarta completamente.
de ‘La undécima declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Para todos aquellos que viven en la carne, cambiar su carácter requiere metas que perseguir, y conocer a Dios exige ser testigos de los hechos reales y del rostro real de Dios. Ambas cosas sólo las puede lograr la carne encarnada de Dios y sólo las puede conseguir la carne normal y real. Por esta razón, la encarnación es necesaria y toda la humanidad corrupta la necesita. Ya que a las personas se les pide que conozcan a Dios, las imágenes de Dioses ambiguos y sobrenaturales deben ser disipadas de sus corazones, y ya que se les pide que desechen su carácter corrupto, primero deben conocer su carácter corrupto. Si el hombre sólo hace la obra para disipar las imágenes de los Dioses vagos de los corazones de las personas, entonces fracasará en conseguir el efecto correcto. Las imágenes de los Dioses ambiguos que están en los corazones de las personas no se pueden exponer, desechar o expulsar por completo sólo con palabras. Al hacerlo así, a la larga no será posible disipar estas cosas que están profundamente arraigadas en las personas. Sólo el Dios práctico y la verdadera imagen de Dios pueden reemplazar estas cosas vagas y sobrenaturales para permitirles a las personas conocerlas poco a poco, y sólo de esta manera se puede lograr el efecto debido. El hombre reconoce que el Dios al que buscó en tiempos pasados es ambiguo y sobrenatural. Lo que puede lograr este efecto no es la guía directa del Espíritu, mucho menos las enseñanzas de un cierto individuo, sino el Dios encarnado. Las nociones del hombre se ponen al descubierto cuando el Dios encarnado hace de manera oficial Su obra, porque la normalidad y la realidad del Dios encarnado es la antítesis del Dios ambiguo y sobrenatural que hay en la imaginación del hombre. Las nociones originales del hombre sólo se pueden revelar por medio de su contraste con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, las nociones del hombre no se podrían revelar; en otras palabras, sin el contraste con la realidad las cosas vagas no se podrían revelar. Nadie es capaz de usar palabras para hacer esta obra y nadie es capaz de articular esta obra usando palabras. Sólo Dios mismo puede hacer Su propia obra y nadie más puede hacer esta obra en Su nombre. No importa qué tan rico sea el lenguaje del hombre, es incapaz de articular la realidad y la normalidad de Dios. El hombre sólo puede conocer a Dios de una manera más práctica y sólo lo puede ver con mayor claridad si Dios personalmente obra entre los hombres y muestra por completo Su imagen y Su ser. Este efecto no lo puede lograr ningún hombre carnal. Por supuesto, el Espíritu de Dios también es incapaz de lograr este efecto.
de ‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’ en “La Palabra manifestada en carne”
Lo mejor de Su obra en la carne es que Él puede dejar palabras y exhortaciones exactas y Su voluntad precisa para la humanidad para los que lo siguen, para que después Sus seguidores puedan, de una manera más exacta y más concreta, transmitir toda Su obra en la carne y Su voluntad a toda la humanidad para los que aceptan este camino. Sólo la obra de Dios en la carne entre los hombres logra realmente el hecho de que Dios esté y viva junto con el hombre. Sólo esta obra cumple el deseo del hombre de contemplar el rostro de Dios, de ser testigo de la obra de Dios, y de escuchar la palabra personal de Dios. El Dios encarnado da fin a la época cuando sólo la espalda de Jehová aparecía a la humanidad y también concluye la época en que la humanidad tenía la creencia en el Dios ambiguo. En particular, la obra del último Dios encarnado trae a toda la humanidad a una época más realista, más práctica y más agradable. Él no sólo concluye la época de la ley y la doctrina; de mayor importancia aún, revela a la humanidad un Dios que es real y normal, que es justo y santo, que abre la obra del plan de gestión y demuestra los misterios y el destino de la humanidad, que creó a la humanidad y da fin a la obra de gestión y que ha permanecido oculto por miles de años. Da fin por completo a la época de ambigüedad y concluye la época en la que toda la humanidad deseaba buscar el rostro de Dios pero no era capaz de hacerlo, termina la época en la que toda la humanidad servía a Satanás y guía a toda la humanidad hasta el final a una era completamente nueva. Todo esto es el resultado de la obra de Dios en la carne en vez de la del Espíritu de Dios. Cuando Dios obra en Su carne, los que lo siguen ya no buscan y andan a tientas por esas cosas vagas y ambiguas y dejan de adivinar la voluntad del Dios ambiguo. […] El Espíritu no es palpable para el hombre y es invisible para el hombre, y la obra del Espíritu es incapaz de dejarle al hombre cualquier otra prueba o hechos de la obra de Dios. El hombre nunca contemplará el verdadero rostro de Dios y siempre creerá en un Dios ambiguo que no existe. El hombre nunca contemplará el rostro de Dios ni nunca escuchará las palabras que Dios habló personalmente. Las imaginaciones del hombre son, después de todo, huecas y no pueden reemplazar el verdadero rostro de Dios; el carácter inherente de Dios y la obra de Dios mismo el hombre no las puede imitar. El Dios invisible en el cielo y Su obra sólo pueden ser traídos a la tierra por el Dios encarnado que personalmente hace Su obra entre los hombres. Esta es la manera más ideal en la que Dios se aparece al hombre, en la que el hombre ve a Dios y llega a conocer el verdadero rostro de Dios, y esto no lo puede lograr un Dios no encarnado.
de ‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios viene en medio del hombre hoy con el propósito de transformar sus pensamientos y espíritus, así como la imagen de Dios que han tenido en su corazón durante miles de años. A través de esta oportunidad, Él perfeccionará al hombre. Es decir, por medio del conocimiento humano, Él cambiará la forma en que ellos llegan a conocerlo y su actitud hacia Él, para que su conocimiento de Dios pueda empezar desde cero, y sus corazones sean renovados y transformados de ese modo. El trato y la disciplina son los medios, y conquistar y renovar sean los objetivos. Disipar los pensamientos supersticiosos que el hombre ha mantenido sobre el Dios impreciso siempre ha sido la intención de Dios, y, últimamente, se ha convertido en el propósito de urgencia para Él. Espero que todas las personas le den una mayor consideración a esto.
de ‘Obra y entrada (7)’ en “La Palabra manifestada en carne”
En la Era del Reino, Dios usa la palabra para iniciar una nueva era, para cambiar los medios de Su obra, y para realizar la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra durante la Era de la Palabra. […] Aunque la palabra “palabra” es simple y ordinaria, la palabra procedente de la boca de Dios encarnado, sacude todo el universo; Su palabra transforma el corazón del hombre, las nociones y el antiguo carácter del hombre, y la antigua apariencia del mundo entero. A través de las edades, sólo el Dios de hoy en día obra de tal manera, y sólo Él habla y salva al hombre de ese modo. A partir de este momento, el hombre vive bajo la guía de la palabra, pastoreado y provisto de la palabra; vive en el mundo de la palabra, vive entre las maldiciones y bendiciones de la palabra de Dios, y aún más personas, viven bajo el juicio y el castigo de la palabra. Estas palabras y estas obras son todas por causa de la salvación del hombre, cumpliéndose así la voluntad de Dios, y cambiando el aspecto original del mundo de la antigua creación. Dios creó el mundo con la palabra, guía a los hombres de todo universo con la palabra, los conquista y los salva con la palabra. Al final, Él utilizará la palabra para llevar al conjunto del viejo mundo a su fin. Sólo entonces será que el plan de gestión se complete enteramente.
de ‘La Era del Reino es la Era de la Palabra’ en “La Palabra manifestada en carne”
Tras la finalización de Mis palabras, el reino se forma poco a poco en la tierra y el hombre regresa gradualmente a la normalidad, y por ende se establece en la tierra el reino que yace en Mi corazón. En el reino, todo el pueblo de Dios recupera la vida del hombre normal. Se ha ido el invierno helado, reemplazado por un mundo de ciudades primaverales, donde la primavera perdura todo el año. Ya la gente no se enfrenta con el mundo sombrío y miserable del hombre, ya no sufre el frío escalofriante del mundo del hombre. La gente ya no pelea entre sí, los países ya no se enfrentan en guerras, ya no hay más matanza y la sangre que fluye de la matanza; todas las tierras están llenas de felicidad, y en todas partes rebosa el calor entre los hombres. Me muevo por todo el mundo, lo disfruto desde lo alto de Mi trono, vivo entre las estrellas. Y los ángeles me ofrecen nuevas canciones y nuevos bailes. Ya su fragilidad no causa que lágrimas corran por sus rostros. Ya no escucho en Mi presencia el sonido de los llantos de los ángeles, y ya nadie me presenta quejas de adversidades.
de ‘La vigésima declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando todo el pueblo haya sido hecho completo, y todas las naciones de la tierra se conviertan en el reino de Cristo, entonces será el momento en que retumben los siete truenos. El día presente es una zancada adelante en la dirección de ese escenario, se ha desencadenado la embestida sobre el tiempo venidero. Este es el plan de Dios; en un futuro cercano se realizará. Sin embargo, Dios ya ha cumplido todo lo que ha dicho. Por tanto, queda claro que las naciones de la tierra no son sino castillos en la arena, que tiemblan cuando se acerca la marea alta: el último día es inminente y el gran dragón rojo se vendrá abajo a la palabra de Dios. Para asegurarse de que el plan de Dios se lleve a cabo con éxito, los ángeles del cielo han descendido a la tierra, y hacen lo máximo por satisfacer a Dios. El Dios encarnado mismo se ha desplegado en el campo de batalla para librar guerra contra el enemigo. Dondequiera aparece la encarnación, el enemigo es destruido en dicho lugar. China es la primera en ser aniquilada, en ser devastada por la mano de Dios. Él no le da en absoluto cuartel a China. La prueba del derrumbe progresivo del gran dragón se puede ver en la maduración continua de todo el pueblo. Obviamente, cualquiera lo puede ver. La maduración de todo el pueblo es una señal de la desaparición del enemigo. Es una pequeña explicación de lo que se quiere decir por “librar la batalla”.
de ‘Interpretación de la décima declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”
Esta obra se debe llevar a cabo por medio de Dios creando varios desastres en la tierra. Pero Dios no aparecerá; porque, en este momento, la nación del gran dragón rojo todavía será una tierra de inmundicia, Dios no aparecerá, sino que solamente emergerá a través del castigo. Tal es el carácter justo de Dios y nadie puede escapar de él. Durante este tiempo, todo lo que habite la nación del gran dragón rojo sufrirá calamidad, lo que naturalmente también incluye el reino en la tierra (la iglesia). Este es el momento preciso en que los hechos aparecen y así es experimentado por todas las personas, y nadie puede escapar. Esto ha sido predestinado por Dios. Es precisamente por este paso de la obra que Dios dice: “Ahora es el momento de aprovechar al máximo los talentos propios”. Porque en el futuro no habrá iglesia en la tierra y, debido a la llegada de la catástrofe, las personas no pueden pensar en otra cosa y les es difícil gozar a Dios en medio de la catástrofe, por consiguiente, a las personas se les pide amar a Dios con todo su corazón durante este maravilloso tiempo, para que no pierdan la oportunidad. Cuando este hecho pase, Dios habrá derrotado completamente al gran dragón rojo y así la obra de testimonio del pueblo de Dios habrá llegado a su fin; después Dios comenzará el siguiente paso de la obra, desolando al país del gran dragón rojo y, finalmente, clavando a las personas al revés en la cruz en todo el universo, después de lo cual Él aniquilará a toda la humanidad; estos son los pasos futuros de la obra de Dios.
de ‘Interpretación de la cuadragésima segunda declaración’ en “La Palabra manifestada en carne”
Cuando las naciones y los pueblos del mundo regresen todos delante de Mi trono, tomaré de inmediato toda la abundancia del cielo y la concederé al mundo humano, de manera que, gracias a Mí, rebosará de una abundancia sin igual. No obstante, mientras el viejo mundo continúe existiendo, lanzaré Mi furia sobre sus naciones, promulgando abiertamente Mis decretos administrativos por todo el universo, y enviaré castigo a quien los viole:
Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y ve inmediatamente todas las obras que en todo el universo Yo he forjado. Los que van en contra de Mi voluntad, es decir, los que se oponen a Mí con los hechos del hombre, caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las numerosísimas estrellas de los cielos y las haré de nuevo; gracias a Mí el sol y la luna serán renovados, los cielos ya no serán más como eran; las innumerables cosas sobre la tierra serán renovadas. Todas serán completadas por medio de Mis palabras. Las muchas naciones del universo serán divididas de nuevo y sustituidas por la mía, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y serán una sola que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas, y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados; Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás, es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, el resto quedará reducido a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán en grados diferentes a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad seguirá a su propia especie, y recibirá castigos que variarán según lo que hayan hecho. Todos los que se han levantado contra Mí perecerán; en cuanto a aquellos cuyos hechos sobre la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y Mi pueblo gracias a cómo se han absuelto ellos mismos. Yo me revelaré a las innumerables personas y naciones, resonando con Mi propia voz sobre la tierra para proclamar la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos.
de ‘La vigésima sexta declaración’ de las declaraciones de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”
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