Versículos de la Biblia:
En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad (1 Corintios 15:52-53).
Creemos, según 1 Corintios 15:52-53, que cuando el Señor regrese en los últimos días, nos cambiará a todos en un abrir y cerrar de ojos, nos hará santos y nos raptará al reino de los cielos. ¿Pero es esta visión realmente correcta? ¿Alguna vez el Señor Jesús dijo tal cosa? ¿El Espíritu Santo dijo alguna vez así? Las palabras del Señor Jesús son la verdad, y sólo las palabras del Señor Jesús tienen autoridad. Pablo era sólo un hombre; no era Cristo. Las palabras que dijo no eran la verdad, y por lo tanto estaban inevitablemente contaminadas por la voluntad humana. Cuando se trata de esperar el regreso del Señor y ser arrebatados al reino celestial, sólo debemos guiarnos por las palabras de Dios, que es lo único correcto. Sin embargo, si basamos nuestro entendimiento en las palabras de Pablo, creyendo que a Dios no le importará que pequemos, y que cuando el Señor regrese nos cambiará instantáneamente, nos hará santos y nos raptará en el reino celestial, entonces ¿cómo se cumpliría esta profecía del Apocalipsis: “He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12)? Según este versículo, cuando el Señor regrese, recompensará o castigará a cada persona según sus acciones. Esto significa que hay una correlación directa entre nuestras acciones y si seremos capaces o no de entrar en el reino de los cielos. Sin embargo, de acuerdo con nuestras propias opiniones, aunque no sigamos el camino del Señor y vivamos en pecado, no hay nada que temer. Creemos que cuando el Señor regrese, nos cambiará en un abrir y cerrar de ojos y nos hará santos, para luego arrebatarnos al reino de los cielos. Entonces no habrá ninguna conexión entre lo bueno o justo de nuestras acciones y si podemos o no entrar en el reino de los cielos. ¿Pero no dejaría eso sin cumplir las palabras del Señor, cuando dijo, “para recompensar a cada uno según sea su obra”? Además, se profetiza en el Libro del Apocalipsis que Dios vendrá en los últimos días para separar las ovejas de las cabras, el trigo de la cizaña, y los buenos siervos de los malos. Si todos cambiasen de forma y fuesen raptados en el reino de los cielos, entonces la declaración sobre las cabras y las ovejas, el trigo y la cizaña carecería de sentido, y ¿cómo se cumpliría entonces la obra de Dios de separar a cada uno según su especie en los últimos días? Por lo tanto, podemos ver que, si no basamos nuestra fe en el Señor en las propias palabras del Señor, sino que la basamos en las palabras de Pablo, anhelando fervientemente que el Señor venga a cambiarnos en un abrir y cerrar de ojos y nos arrebate en el reino de los cielos, entonces nuestra visión va en contra de las propias palabras del Señor y está en desacuerdo con Su voluntad.
Recomendación: ¿Qué es el arrebatamiento?
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.